El ejercicio de fuerza: el gran olvidado en la pérdida de peso y la salud
Dr. Carlos Casado
9/20/20255 min read


Beneficios adicionales del entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza ofrece una serie de beneficios que van más allá de la simple pérdida de peso. Uno de los aspectos más destacados es su capacidad para fortalecer los huesos y las articulaciones. A medida que una persona realiza ejercicios de resistencia, se genera un aumento en la densidad ósea (1), lo cual es fundamental para reducir el riesgo de osteoporosis y fracturas en el futuro. Este efecto es particularmente significativo en poblaciones mayores, quienes pueden experimentar una pérdida natural de masa ósea.
Además de fortalecer el sistema óseo, el ejercicio de fuerza también mejora la salud de las articulaciones (2). Al realizar entrenamiento de resistencia, se puede estimular la producción de líquido sinovial, lo cual nutre y protege las articulaciones. Esto puede ser especialmente beneficioso para personas con condiciones como la artritis, ya que reduce la rigidez y mejora la movilidad general del cuerpo. Varios estudios han demostrado que un programa regular de ejercicios de fuerza puede llevar a una significativa disminución del dolor articular y una mejora en la función física.
Otro beneficio crucial del entrenamiento de fuerza es su impacto positivo en la sensibilidad a la insulina (3-4). Este aspecto es esencial para la prevención de la diabetes tipo 2, una condición de salud que se ha vuelto prevalente en las sociedades modernas. A través de la mejora de la sensibilidad a la insulina, el cuerpo se vuelve más eficiente en el manejo de los niveles de azúcar en sangre, lo cual puede ser un factor determinante en la reducción del riesgo de desarrollar diabetes. Las investigaciones indican que incluso sesiones cortas de levantamiento de pesas (5) pueden mejorar significativamente estos niveles, ofreciendo a los individuos una estrategia sencilla para mejorar su salud metabólica.
Para incorporar el entrenamiento de fuerza en la vida cotidiana, se recomienda comenzar con ejercicios simples que se pueden realizar en casa, como flexiones o sentadillas adaptadas y levantamiento de pesas ligeras. Es importante establecer un programa que incluya al menos dos sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana, permitiendo que el cuerpo se adapte y fortaleciendo así la musculatura necesaria para llevar a cabo actividades diarias con mayor facilidad y bienestar.
Cómo empezar con el entrenamiento de fuerza
Iniciar un programa de entrenamiento de fuerza no requiere necesariamente de un gimnasio o equipo costoso. De hecho, existen numerosas maneras de incorporar ejercicios en casa utilizando simplemente el peso corporal y objetos cotidianos. Uno de los enfoques más accesibles es realizar movimientos que involucren grandes grupos musculares, como las flexiones, sentadillas y abdomen. Estos ejercicios no solo ayudan a desarrollar la fuerza, sino que también mejoran la resistencia y la estabilidad.
Para comenzar con un entreno de fuerza efectivo, es fundamental establecer una rutina coherente. Se recomienda iniciar con entrenamientos de dos a tres veces por semana, permitiendo tiempo suficiente para la recuperación de los músculos. Esto podría significar realizar un entrenamiento más intenso un día y sesiones más ligeras en otros días. Por ejemplo, un programa podría incluir flexiones, sentadillas y elevaciones de talones en un día, seguido de ejercicios de abdomen y estiramientos en la siguiente sesión.
En cuanto a la duración, un entrenamiento de fuerza de alrededor de 30 a 45 minutos es adecuado para principiantes. Este tiempo puede dividirse en series de ejercicios, cada una con repeticiones que oscilen entre 8 y 15, dependiendo del nivel de habilidad del individuo. Es importante escuchar al cuerpo y reajustar el plan según sea necesario, aumentando progresivamente la intensidad a medida que se adquiere fuerza y confianza.
Finalmente, para maximizar los beneficios del entrenamiento de fuerza, es recomendable combinarlo con una alimentación equilibrada y otras formas de actividad física, como ejercicios cardiovasculares. A medida que uno se familiariza con estos fundamentos, la progresión será tanto más sencilla como más gratificante, permitiendo que los beneficios del entrenamiento de fuerza se manifiesten en la salud y el bienestar general.
Combinando el ejercicio de fuerza con cardio
La combinación del ejercicio de fuerza con actividades cardiovasculares es fundamental para lograr un enfoque integral en la pérdida de peso y la salud general. Muchos entusiastas del fitness a menudo se centran exclusivamente en uno de estos aspectos, pero un entrenamiento equilibrado que incluya ambos puede maximizar los beneficios físicos y mentales. El ejercicio de fuerza no solo ayuda a incrementar la masa muscular, sino que también mejora la resistencia. Incluyendo cardio, como correr o nadar, en su programa de entrenamiento, se aumentan las calorías quemadas durante el ejercicio, lo que potencia la pérdida de peso.
Integrar fuerza y cardio en su rutina es sencillo. Por ejemplo, puede alternar días de entrenamiento de fuerza con sesiones de cardio. Esto permite que los músculos se recuperen adecuadamente mientras mantiene el ritmo cardiovascular elevado. También recomiendan actividades que combinan ambos enfoques, como el entrenamiento en circuito que incorpora ejercicios de resistencia junto con intervalos de alta intensidad. Estas sesiones suelen ser breves pero efectivas en términos de quema de grasa, construcción muscular y mejora de la resistencia cardiovascular.
Al desarrollar un plan de entrenamiento que incluya tanto cardio como ejercicio de fuerza, es posible observar mejoras significativas en la salud y el bienestar general. La unión de estas dos modalidades no solo es eficaz, sino que también contribuye a un estilo de vida saludable a largo plazo.
Bibliografía
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La importancia del ejercicio de fuerza en la pérdida de peso
El ejercicio de fuerza es un componente fundamental en cualquier programa de pérdida de peso, a menudo subestimado en comparación con las actividades cardiovasculares. Uno de los beneficios más significativos de este tipo de ejercicio es su capacidad para ayudar a mantener la masa muscular durante procesos de adelgazamiento. La preservación de la masa muscular no solo es crucial para mantener un metabolismo activo, sino que también mejora la composición corporal, lo que se traduce en un cuerpo más tonificado y saludable.
Mientras que el cardio se asocia con la quema de calorías a corto plazo, el entrenamiento de fuerza ofrece beneficios que se extienden más allá de las sesiones de ejercicio. Según la American College of Sports Medicine, incorporar ejercicios de resistencia en una rutina semanal puede aumentar la tasa metabólica en reposo, lo que significa que el cuerpo quema más calorías incluso en reposo. Esto es especialmente relevante para quienes buscan no solo perder peso, sino también mantener los resultados a largo plazo.
Un mito común en el ámbito del acondicionamiento físico es que el ejercicio cardiovascular es el único método efectivo para la pérdida de peso. Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que una combinación de entrenamiento de fuerza y cardio es más eficaz. Un estudio publicado en el Journal of Obesity reveló que las personas que realizaron tanto ejercicios de resistencia como de cardio experimentaron una mayor disminución del porcentaje de grasa corporal en comparación con aquellos que solo practicaron ejercicios de cardio.