Por qué no todas las calorías son iguales: calidad vs cantidad

Dr Carlos Casado

9/29/20254 min read

Introducción a la calidad calórica

Cuando hablamos de alimentación saludable o de pérdida de peso, la primera palabra que suele aparecer es “calorías”. Durante décadas, el mensaje ha sido claro: si consumes más calorías de las que gastas, ganarás peso, y si gastas más de las que ingieres, lo perderás. Aunque esta regla energética es cierta en términos básicos, la realidad es más compleja. No todas las calorías son iguales y el origen de esas calorías puede marcar la diferencia en la salud, el metabolismo y la sensación de bienestar.

Calorías: la teoría frente a la práctica

Una caloría no es más que una unidad de energía. En teoría, 2000 kcal obtenidas de refrescos azucarados deberían equivaler a 2000 kcal de verduras, pescado, frutos secos y legumbres. Sin embargo, nuestro cuerpo no es una máquina perfecta: procesa los alimentos de manera distinta en función de su composición. La digestión, la absorción de nutrientes, la respuesta hormonal y el efecto sobre la microbiota intestinal varían enormemente según la calidad del alimento.

Por eso, contar calorías puede ser útil, pero no suficiente. Dos personas que consumen el mismo número de calorías pueden tener resultados muy diferentes en peso, energía y salud metabólica dependiendo de dónde provengan esas calorías.

El papel de la saciedad

Uno de los factores más importantes es la saciedad. No todos los alimentos llenan del mismo modo.

  • Los alimentos ricos en proteínas (huevos, pescado, carnes magras, legumbres) y fibra (frutas, verduras, cereales integrales) retrasan el vaciamiento gástrico y generan señales hormonales que envían al cerebro la sensación de “estar lleno” (1-3).

  • En cambio, los ultraprocesados con azúcares simples, harinas refinadas y grasas poco saludables producen picos rápidos de glucosa seguidos de caídas bruscas, lo que genera hambre precoz y favorece el picoteo constante (4-6).

Por eso, 500 kcal de pollo con ensalada y legumbres aportan más saciedad y mejor control del apetito que 500 kcal de bollería industrial.

Impacto metabólico y hormonal

Las calorías también influyen en cómo el cuerpo regula la insulina, la hormona clave en el metabolismo de la glucosa.

  • Los alimentos de calidad (frutas, verduras, frutos secos, pescado, aceite de oliva) mejoran la sensibilidad a la insulina y reducen el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

  • Por el contrario, las calorías procedentes de bebidas azucaradas, ultraprocesados y harinas refinadas se asocian con resistencia a la insulina, hígado graso y acumulación de grasa visceral.

Esto significa que no solo importa cuántas calorías consumes, sino cómo esas calorías afectan a tu sistema hormonal y a tu salud metabólica.

Termogénesis y gasto energético

El cuerpo gasta energía al digerir y procesar los alimentos: es lo que se conoce como efecto térmico de los alimentos.

  • Las proteínas requieren más energía para ser metabolizadas que los carbohidratos o las grasas.

  • Esto implica que una dieta con suficiente proteína puede aumentar ligeramente el gasto energético total, incluso si el número de calorías es el mismo.

En la práctica, esto ayuda a mantener la masa muscular y a favorecer la pérdida de grasa en programas de control de peso.

Micronutrientes y salud a largo plazo

La cantidad de calorías no dice nada sobre la calidad nutricional de la dieta. Una dieta basada en ultraprocesados puede cubrir las calorías necesarias pero ser deficitaria en vitaminas, minerales y antioxidantes, elementos esenciales para prevenir enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, cáncer o deterioro cognitivo.

En cambio, una alimentación rica en frutas, verduras, granos integrales, legumbres y grasas saludables asegura no solo energía, sino también los nutrientes necesarios para que el organismo funcione correctamente a largo plazo.

Ejemplo práctico: dos menús de 1800 kcal

Imaginemos dos personas que consumen 1800 kcal al día:

  • Menú A (alta calidad): desayuno con yogur natural, avena y frutos rojos; comida con salmón, quinoa y ensalada; cena con tortilla de espinacas y verduras al horno; snacks de frutos secos y fruta.

  • Menú B (baja calidad): desayuno con bollería y café azucarado; comida con hamburguesa, patatas fritas y refresco; cena con pizza precocinada; snacks de galletas y chocolatinas.

Aunque ambos menús tienen las mismas calorías, el primero aporta proteína, fibra, vitaminas y grasas saludables que mejoran la saciedad, el metabolismo y la salud cardiovascular. El segundo provoca picos de glucosa, inflamación y déficit de micronutrientes, aumentando el riesgo de obesidad y enfermedades metabólicas.

Conclusión práctica

La salud no se reduce a un simple cálculo matemático de calorías. La calidad de los alimentos importa tanto como la cantidad. Contar calorías puede ser una herramienta útil, pero centrarse únicamente en el número sin prestar atención al origen de esas calorías puede llevar a decisiones erróneas.

La recomendación clave es clara:

  • Prioriza comida real frente a ultraprocesados.

  • Asegura una buena cantidad de proteína y fibra.

  • Incluye grasas saludables y evita azúcares añadidos.

  • Recuerda que tu cuerpo no solo cuenta calorías: también responde a la calidad de lo que comes.

Al final, elegir mejor lo que ponemos en el plato es lo que marca la diferencia entre una dieta que solo resta kilos y una que suma salud.

Referencias

  1. Kohanmoo A, Faghih S, Akhlaghi M. Effect of Short- And Long-Term Protein Consumption on Appetite and Appetite-Regulating Gastrointestinal Hormones, a Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Physiology & Behavior. 2020;226:113123. doi:10.1016/j.physbeh.2020.113123.

  2. Dhillon J, Craig BA, Leidy HJ, et al. The Effects of Increased Protein Intake on Fullness: A Meta-Analysis and Its Limitations. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics. 2016;116(6):968-983. doi:10.1016/j.jand.2016.01.003.

  3. Akhlaghi M. The Role of Dietary Fibers in Regulating Appetite, an Overview of Mechanisms and Weight Consequences. Critical Reviews in Food Science and Nutrition. 2024;64(10):3139-3150. doi:10.1080/10408398.2022.2130160.

  4. Anderer S. Ultraprocessed Foods and Cardiometabolic Health—New Report on a “Growing Public Health Challenge”. JAMA. 2025;:2839048. doi:10.1001/jama.2025.15322.

  5. Fardet A. Minimally Processed Foods Are More Satiating and Less Hyperglycemic Than Ultra-Processed Foods: A Preliminary Study With 98 Ready-to-Eat Foods. Food & Function. 2016;7(5):2338-2346. doi:10.1039/c6fo00107f.

  6. Juul F, Martinez-Steele E, Parekh N, Monteiro CA. The Role of Ultra-Processed Food in Obesity. Nature Reviews Endocrinology. 2025. doi:10.1038/s41574-025-01143-7.